domingo, agosto 01, 2010

Fundamentales

Luis Nieto Degregori....

El sólido escritor Cusqueño Luis Nieto Degregori publicó en 1989 un libro de cuentos cuyo título no podía ser mejor: "Como cuando estábamos Vivos" (El zorro de abajo ediciones), aportando así a lo que se ha venido en llamar (en los últimos tiempos) "la Literatura de la violencia en el Perú" que, entre otros aspectos, recoge la estampa sanguinolenta peruana de los ochentas y parte de los noventas .

Ahora bien, hay en el libro un cuento que llama poderosamente la atención y que lleva por título: "Vísperas" que narra la historia de un atribulado escritor Peruano de nombre Grimaldo Rojas Huarcaya y que según los entendidos ( entre los que se cuentan amigos cercanos, escritores serios, dateros de mala onda, y seudo escritores de la bohemia centro-limeña) se trataría nada menos que de Hildebrando Pérez Huarancca, autor del libro de cuentos "Los Ilegítimos" y , según la Justicia ordinaria, Senderista y principal autor del atróz crimen de Lucanarma.

Ciertamente, el lector no encontrará en el cuento episodios de ejecuciones populares, apagones, atentados a comisarias, cochebombas, banderas con la hoz y el martillo, ni perros colgados en plazas públicas, ni siquiera sueños altruistas ni desgañitados lloriqueos de una generación marcada; NO, hay aquí la descripción de un hombre frente a su bucólico mundo (ayacucho), un hombre que es pintado de cuerpo entero con sus medianos logros y sus resentimientos, en resumen: la marcada síntesis de las ya consuetudinarias contradicciones de nuestra patria. Por eso quizás Nieto empieza la narración con este pesimismo casi nacional: "El fracaso es la conciencia de las posibilidades no realizadas. Si cada uno se detuviese a pensar un momento en su existencia, encontraría razones de sobra para sentirse frustrado (....)".

No creo que haya sido intención de Nieto -escritor de raza al fin y al cabo- contribuir al mito Huarancca; muy por el contrario: él -que lo conoció de cerca- hecha por tierra cualquier crisol que justifique las andanzas de un escritor que perdió los límites de la cordura y el amor a la vida, para convertirse en un pobre diablo donde la leyenda supera a su obra. Por eso quizás a los comunistas peruanos el cuento no les cayó bien y los pérfidos bárbaros le alzaron el dedo acusador, algo que, de seguro, a Nieto le importó un bledo.