miércoles, enero 06, 2010

X-DIEZ

2010: Divaguemos.....


Ya había olvidado esta Bitácora, múltiples ocupaciones me mantuvieron alejado de éste inmundo vicio donde desplayo todas mis caóticas meditaciones, fóbias, cóleras acumuladas y, sobre todo, buena gracia. Es que hay tanto de qué escribir porque son tantas las cosas que a uno le sucede y las que va observando, que no hacen sino ponermos en el limbo fino que existe entre la alegría y el aburrimiento y por lo tanto: no sabemos por dónde chucha empezar, en fin.

Meditaba esto mientras estaba tirado en mi sofá a la una de la madrugada del primer día de Enero del 2010 tratando de leer mi Creepy (que una semana antes me había abastecido de los revisteros del centro de Lima), odiando la bullanguera estupidez de la celebración callejera que la interrumpía, donde cumbia, bombardas y cuetones se confundían con una inusual lluvia limeña.
El cielo nos orinaba a montones.

Este 2010 va traer "pendejas jugarretas" dado que empiezan las campañas pre-electorales de nuestros desprestigiados políticos, naturales personajillos de una aún más desprestigiada res-pública llamada Perú; asi es que: la fiesta en el Establo empieza, y por lo pronto Don Alan García (el único peruano que nunca ha trabajado en su vida y que increíblemente es propietario de inmuebles en el Perú y en París) empezó a hablar más de la cuenta, empezó a mentir, a agredir , a tener delirios de grandeza, a fantasiar, a prometer, y a mangonear a sus segundones.

Al Alan García de "fin de mandato" hay que tenerle mucho pero muchísimo cuidado, recuérdese que al final de su primer y catastrófico mandato ( 85-90) él era un convencido de que su Gobierno había sido uno de los mejores del Perú; por gracioso que esto parezca pero fue así; no es que el tipo se encuentre loco o algo tronado, no , sucede que es un sinvergüenza a carta cabal, un perfeccionista en dichos menesteres donde la labia y el bolsillo van de la mano. Bueno, esperemos ver como se van sucediendo las cosas, nuestros teclados no capitularán y por lo pronto una portada del clásico Creepy inagura éste 2010, un petardo lanzado desde nuestra trinchera.