martes, noviembre 17, 2009

Espías

El caso Chileno......

Un nuevo escándalo sacude el gallinero andino: un espía nos ha estado traicionando al venderle información secreta al gobierno de Chile; lo que confirma un viejo adagio de larga data en el Perú: el enemigo de un peruano, es otro peruano.

El cochino traidor sirve además como demostración clara y exacta del pobre diablismo en que ha caido nuestras ¿gloriosas? fuerzas armadas, diezmadas y corruptas en tiempos de Fujimoris. Al escandalete hay que agregarle un hecho real: espías hay en todos lados, y todos los países nos espiamos. No nos hagamos ahora los candelejones, por no decir: los cojudos, porque ya pecamos de "mamertos" en otras épocas.


Chile, es un caso atípico en la región: siempre vivió rodeado de tres enemigos potenciales: Perú, Bolivia, y Argentina (el país del tango alguna vez propuso desaparecerlos como país, pura leguleyada porteña, claro está), por lo que la paranoia histórica era inevitable, se volvió arisca y desconfiada, digamos: se armó hasta los dientes, y se sigue armando. Hay en su fe: prepararse para lo peor (lo que no está mal), y su democracia está secuestrada por los antojos militares con arrebatos pinochetistas (lo que debe ser repudiado y rechazado por cualquier nación).

No hay que perder de vista un hecho capital para el país de sur: no siendo una tierra de grandes riquezas sin embargo es un país rico, ¿que lo hizo a punta de sables y saqueos expansionistas?, sí, pero no es el único que ha consolidado así las bases económicas de su nación (EEUU contra México, es un ejemplo como tanto muchos) . Chile formó una clase de empresarios capitalistas muy importante y muy patriota que ya hubieramos querido tener en el Perú (aunque tenemos sus inversiones, su corazón está en el sur). Mientras aquí, los nuestros traficaban con el dolar MUC y mantenían su fortuna muy lejos y bien guardado quebrando cuantos Bancos y empresas se le diera la gana, el empresario Chileno trabajaba para conquistar y dominar todo el Pacífico de la América.

La verdad hay que decirla completa y ahora: no hemos aprendido nada de nuestros mayores; nosotros nos debemos a nuestros mayores porque -como decía Borges- de algún modo somos de ellos. Por eso sin apasionamiento ni chauvinismo desempolvo el libro "Páginas Libres" del maese Gonzales Prada y me voy directo a una frase que está más vigente que nunca: "mientras el Perú duerme, Chile vela", hace tiempo que nosotros también debimos de haber velado.