sábado, julio 04, 2009

A quemarropa

Los surrealistas de Chicago contra Andy Warhol
Aquí no vamos a publicar cosas que hablen bien de ciertos fulanos y menganos, todos nuestros héroes están muertos y pasando un largo verano en el infierno. No, aquí: la mala baba, o si quieren: la mala leche. En 1989 con ocasión de la retrospectiva Andy Warhol en el Chicago Art Institute el colectivo Surrealista de Chicago publicó una declaración en donde al pobre Warhol le daban con palo (tampoco era para tanto); transcribimos algunos párrafos (muy deliciosos y bien sacachispas ) para que usted, despistado lector, se cague de risa:

"Hace cientos ochenta y un años que William Blake nos alertó contra ciertos artistas a las que la clase dominante "emplea para deprimir el arte" (...)

Sexista y racista declarado, católico devoto, pelota profesional de la complacencia corporativa, apologista del imperialismo y de toda otra forma de explotación y degradación, Andy Warhol ejemplifica el tipo de escoria que llega hasta lo más alto en esta sociedad intolerablemente miserabilista. El cadaver maoliente de este rico lameculos -El Richard Nixon del arte que alardeaba que su mayor ambición era convertirse en máquina, sigue siendo la perfecta encarnación de la cultura oficial de nuestros dias.

Al no haber tenido la oportunidad para escupirle en la cara cuando estaba vivo, aprovechamos esta ocasión para escupir sobre su memoria, sobre toda su obra, sobre todos sus admiradores, y especialmente sobre todos esos comisarios, críticos, y otros bien pagados mentirosos que se las han arreglado para convencer a cierto número de personas de que esta pútrida no-entidad tuvo realmente alguna importancia.

Algún día -más cercano de los pensáis-tendremos el placer de pisotear y mear sobre las repugnantes representaciones de la mercancia de Warhol, sobre las ruinas de este y otros museos por lo que circula la mercancía, sobre las ruinas de toda la estúpida estructura social fundamentada en el fetichismo de la mercancia.

Un dato adicional y curioso: la declaración le rinde homenaje a Valerie Solanas (autora del famosa Scum Manifiesto), mujer (lesbiana) que sin asco le descerrajó unos cuantos tiros a Warhol quien, felizmente, salió herido y bien librado.


Matríz

Uno siempre es felíz en el Cuzco...
Uno siempre es felíz en el Cuzco (una cosa es el cusco y otra los cusqueños). Importa un rábano que ya no exista el Café el Ayllu, ni siquiera interesa que ahí se instale hoy, mañana, o pasado el Starbuck Café, o que el cura reciba jugosos dólares y luego levante el caliz (y quizás algunas polleras). Nada de eso interesa. Uno en el cuzco siente que ha regresado a la bolsa materna. Sino que lo diga el arcoiris de la foto que se me apareció hace un par de años en pleno valle sagrado de los incas. No sé a qué se refieren cuando hablan de cierto misticismo en el cuzco y demás huevaditas, a veces suena a charlatanería, otras: a leyendas hermosas. Pero hay algo que gravita en uno cada que pisa esa tierra, cierto imán incomprensible. Es verdad: la matríz de este desdibujado país le fue arrebatada.

viernes, julio 03, 2009

Miedo y asco en las vegas

Un gran hijo de puta: Hunter Thompson
No lo digo por pura y barata vulgaridad, lo digo porque es lo que me provoca decir mientras mi retina va pasando página por página su obra "miedo y asco en las vegas". No es que esté bien escrito, bien ordenadito y todo eso, sino que lo que está escrito parece haber sido concebido por un poseso diabólico que está atrapado en una de esas noches sin fin donde todo parece derrumbarse y ya nada sirve: ni el sexo, ni la droga, ni el trabajo, ni el gobierno, y mucho menos el sueño americano. Miedo y Asco en las vegas es la carne descompuesta que yace en una congeladora malograda, y el Gonzo nos los restrega en la cara. Sólo así podemos entender esta novela: la podredumbre del capitalismo y la vida como mercancia.
Schopenhauer contra Hegel....


Lo que me queda claro es que Schopenhauer contaba con todo el tiempo del mundo para escribir. Mejor dicho: contaba con todo el tiempo del mundo para pensar y escribir. No creo que haya sido un tipo que vivía con amargura, mucho menos un sentimentaloide; hasta presiento que en sus ratos libres le gustaba jugar a las canicas. Dicen que todos los que escribían con nervio y carácter volcánico en el trato personal podían resultar las personas más agradables que se haya conocido. Con arreglo a esto y como aquí tenemos la mala costumbre de que nos gusta la mala leche, quiero compartir con Ustedes un hermoso pasaje escritural que he encontrado, en el que el filósofo en cuestión arremete (sin respetar la luz roja) contra Hegel. Ya veo la cara de felicidad de Arthur mientras escribía esta diatriba, porque en el fondo de lo que se trataba también era de divertirse un poco. A saber:


Cuando te sobrevenga el desaliento, piensa tan solo que estamos en Alemania, donde ha sido posible lo que en ningún otro lugar nunca habría podido suceder; a saber, que un vulgar e ignorante filosofastro, que embadurna el papel con necedades y que echa a perder por completo y para siempre las mentes con su huera palabrería, me refiero a nuestro Hegel, haya sido proclamado a los cuatro vientos como un profundo pensador (...) Raíz, p.55.


Dios lo tenga en su Reino.