sábado, enero 31, 2009

Ray Lóriga está de regreso...

Ray Lóriga es un buen escritor español, pero más que eso: es un valiente. Es un valiente porque ha dicho que en Ibeoamérica tienen una estúpida idea demonizada de los Estados Unidos de América. El que ha vivido en tierras yanquis y que sabe de los sin sabores y de la buena fortuna que significa vivir en dicha tierra también le hace el cuadre a sus paisanos que creen que si no eres progresista, eres una buena mierda. Y que si eres progre, tienes que ser anti imperialista. Tengo la leve impresión que todo español teoriza mucho, vive en el mundo de las teorías, se atraganta de utopías y es un charlatán las 24 horas del día. Ray, como Dalí, tuvo que salir de España para no terminar pastando ovejas, porque España le parecía muy ínfimo, muy menudo, sin más cosas que contar que no sean las ya conocidas monsergas de siempre. Instalado en New York con su linda ex esposa se nutrió de muchas cosas. Sólo así pudo sobrevivir al olvido, y hoy lo tenemos vigente.

Dios los crea y ellos se juntan.....

Chávez acaba de celebrar sus diez años en el Poder. Para ello no tuvo mejor compañía que Diego Armando Maradona, el gran futbolista y drogón argentino. Chávez y Maradona son parecidos. La chifladura y la idiotez en ambos se hermanan. Uno la hace de gobernante/picapiedra, y el otro es el inspirador de la Iglesia Maradoniana. Sólo a los argentinos puede ocurrírsele tamaña estupidez. Latinoamerica es un circo que, con tremendos payasos, tiene el cuajo de molestarse cada que alguien le indilga aquello de: Hispanos exóticos y subdesarrollados, va.

Un vanguardista....

A Gus Van Sant le dicen vanguardista. Más precisamente: cineasta vanguardista. Como somos expertos en ponerles títulos a las cosas y a las personas, y hacer de la hipérbole nuestro almuerzo diario, nos encanta la palabra: vanguardista. No sé a qué amigo le escuché esto: "Gus Van Sant, es un (a) cineasta de avanzada" y emperifolló con sus mugrosos dedos el nudo de su corbata. Mierda, me dije, que pobre que soy. Me fuí y me compré un DVD pirata de su película "los últimos días" (ó The last days, para los exquisitos) inspirado en el drogota de Kurt Cobain. Nunca antes había tenido una cura de sueño originada precisamente por una película, quizás ahí radique el espíritu vanguardista del tal Gus. Más soporífero no podía resultar: !Vanguardistas!.