miércoles, noviembre 19, 2008

Ese puerto existe: Malabrigo..

Donde todo pasa en camaralenta, de Malabrigo viene un tondero teñido de reforma agraria y Tupac Amaru II en clave pop. Los restos del Frente de Trabajadores Marítimo del Puerto deambulan como zombie sobre el pequeño y desolado pueblo que antes fue alegría espléndida, canícula llevadera y soportable, y vida sana con el Café y el pejerrey cuando el sunset veteaba el cielo de naranja. Malabrigo está lleno de viejos solitarios que han hecho suya aquello de: "pagué mi vida con sangre y juventud". Mucha piel añeja, macerada por el sol, y lonjeva por años y años de consumo de pescado. Aquí sólo hay vida -dice un anciano que fue víctima de la reestructuración de la ley 19990- cuando vienen todos esos locos Tablistas con sus algarabías y sus buenas hembras, ahí Malabrigo tiene alegría aunque sean todos unos "fumones de mierda" -sentencia-, y el día termina en un largo y aburrido bostezo.

martes, noviembre 18, 2008

Hunter Thompson: Queremos tanto a Nixon...


Cuando murió Richard Nixon (el ex presidente de los EEUU) Hunter Thompson, el más hijodeputa de todos los cronistas norteamericanos, el altorelieve de la revista Rolling Stone, sentía que una etapa de su vida también llegaba a su fín. Su gonza pluma nunca había maltratado tanto a un hombre como lo hizo con Nixon. Le dijo perro, sabandija, subhumano, y todo un ramillete de adjetivos que en Nixon ya constituían un agregado más a su nombre y apellido oficial. Cuando se murió, digo, el Hunter se sintió más desolado que nunca, ni cuando estuvo perdido en los desiertos de Arizona se sintió tan desamparado y tan mendigo de "pobres diablos". Por ello cuando la noticia de la muerte del ex presidente se hizo conocida escribió su último libelo al que le tituló "Queremos tanto a Nixon" (publicada aquí por el desparecido diario el Mundo en 1995) y en el que vuelca su última rabia porque "su perro salchicha" se le había muerto.

PD.-Yo conservo aquel libelo, aquel amarillento y dañado papel lo he puesto en un cuadro, porque es una de las obras maestras del antiguo arte del insulto.

domingo, noviembre 16, 2008

Manual para un distraído...






En 1978 cuando apenas tenía 6 años de edad Alejandro Rossi (Florencia-1932) publicó un libro para mí, le tituló: "Manual del distraído". Desde que tuve conocimiento de tal regalo me acuesto con dicho manual, me levanto con dicho manual, y también: lo llevo al baño y almuerzo con el. Ensayos cortos, narraciones breves, escritos "sin planes, ni pretensiones cósmicas", pero eso sí: con mucho"amor al detalle".

PD.-En la foto el escritor parece un "jurista", pero no, tan bajo no ha caído.