miércoles, septiembre 10, 2008

HOMENAJES

Nicolás Della Rocca de Vergalo y los inmortales

Della Rocca de Vergalo nos debe sonar al nombre de alguna callejuela de Lima. Yo le lanzo el nombre a un amigo bloguero (como quien lanza un bocado a un perro) y me dice: ¿no es acaso una Panadería/Sanguchería Italiana que queda en Riso (Lince)?. En realidad poco o nada se sabe de él, como poco o nada se ha escrito sobre él. No he leído nunca una línea suya, sino más bien llega a mis manos un homenaje solitario que fue publicado en 1916 por la revista Colónida (la revista que en el Perú dirigiera Abraham Valdelomar y que no ha sido superada hasta la fecha). En el artículo titulado "Della Rocca de Vergalo y los inmortales" el autor del articulillo da cuenta de una carta rogatoria que envían los poetas, escritores, y filósofos más destacados de Francia entre los que se cuentan al Poeta Mallarme y al novelista Victor Hugo dirigida al Congreso de la República del Perú para solicitarle que entregue, a éste expatriado y talentoso poeta Peruano instalado en París, una pensión remunerativa (como ex combatiente de la Independencia del Perú) dada la situación de precariedad económica y miseria en la que se encontraba, más aún cuando tenía que alimentar a un hijo de quien hacía el papel de padre y madre a la vez. Aquí algunos pasajes de la carta rogatoria:

"Della Rocca de Vergallo con una salud que se ha vuelto bamboleante, sin familia, sin apoyo, padre de un niño de 26 meses, al que no quiso abandonar cuando partió de Lima y del que cuida con ternura maternal, no podía encontrar recursos sino en las facultades de su espíritu".

"(..)Y la situación en la que se encuentra Della Rocca de Vergalo es precaria y digna de interés".

"Venimos, señores Senadores y Señores Diputados a rogaros extender sobre vuestro compatriota exiliado, una mano protectora. Que reciba si es posible una renta viajera, el monto de sus remuneraciones como teniente de artillería (...)".

Firman: S. Mallarme y otros.


Por su parte el novelista Victor Hugo, en carta adjunta a la anterior, escribe:

"Está firmada por los nombres más honrosos de nuestra Literatura, y ellos excitan vuestro interés y despiertan vuestro patriotismo en favor de un proscrito peruano, que consideramos hoy como un poeta Francés. N. Della Rocca de Vergallo".


Firma: Victor Hugo.


La tragedia y el Perú siempre han ido de la mano (léase su historia y así se sabrá), más trágico aún resulta la indiferencia, esa tragedia que es endemoniada y por lo tanto digna del mayor de los repúdios, merecedora de todos los escupitajos de un tuberculoso. Era de esperarse que aquí ninguna autoridad moviera un dedo para ayudar a éste Poeta que desde los nueve años se educó en Francia, que combatió como Teniente de Artillería en los días de la Independencia del Perú, que luego se dedicó a la enseñanza del Francés y la Literatura (¡¡¡si nuestros militares fueran así, serían menos mula!!!), que se dedicó al Periodismo, que en París fue colaborador habitual del "Le Fígaro", y que murió en el más absoluto abandono y anonimato, ni el Embajador del Perú en Francia dio cuenta de su muerte. Y después tenemos la concha de preguntarnos ¿porqué los Peruanos somos tan patológicos?, ahí tienen la respuesta.

lunes, septiembre 08, 2008

Wagner y Nietzsche....

En los textos que he leído sobre la relación R. Wagner (músico) y F. Nietzsche (filósofo) se habla mucho del distanciamiento de éste último para con el primero. Poco, sin embargo, se ha dicho (o se nos ha dicho a guisa quizás de la más absoluta ignorancia) sobre sus primeros acercamientos, y de esa entrañable y querida amistad que surgió entre ambos. Amistad que nace el día en que Nietzsche va en busca del músico hasta su misma casa, llevado -claro está-por su fascinación. La empatía entre ambos no se hizo esperar, el filósofo admiraba al músico, y al músico empezábale a seducirle la capacidad e inteligencia del jovenzuelo, por lo que no tardó la admiración recíproca de uno hacia el otro. Siempre he tenido al frente a un Nietzsche rabioso, atormentado, y misilero (dispuesto a derribarse ídolos), nunca -en cambio- en plan de elogios y de gratas líneas de admiración hacia algo y hacia alguien; lean estas líneas escritas por Nietzsche dedicadas a R. Wagner: "Wagner realiza lo que nosotros sólo podíamos desear; es un espíritu magnífico, rico y grande; un carácter enérgico y un hombre encantador, digno de amor (...) En Wagner domina un idealismo tan absoluto, una tan profunda y emocionante humanidad, que cerca de él me siento como cerca de la divinidad". (Carta reproducida en la Pag 68 del libro "La vida de Federico Nietzsche", por Daniel Halévy, Editorial Emece, 1943/Buenos Aires). Claro que después la historia sería distinta.