lunes, mayo 05, 2008

Estampa

Amanecer en Lima

Lima amaneció con un frío violento, el viento helado y la escuálida llovizna lo adornaban desde la primeras horas del amanecer. Llegando a Miraflores la neblina cubría todo, sumado al leve olor de la brisa marina que penetraba en las narices, adiós al sol de Lima. El perfecto caos de Lima es el perfecto caos de todos los limeños que tocan claxons, corren apurados a trepar buses, van jorobados en las dominutas combis, y yacen arremolinados en los puestos de periódicos en busca de la noticia más amarilla. Por estos días Lima parece bombardeada, es una Lima-Irak de la post-guerra: calles destruídas, veredas destruídas, rastros de pistas ahora convertidas en tierra, zanjas de tierra y los nervios de los Limeños hecho añicos. Lima, la ciudad extradivina y perdularia a donde regresó Ribeyro para morir con vista al mar, sigue siendo una inquisición y una hermosa infamia.

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