viernes, noviembre 09, 2007

¿Qué es el amor?

"Demencia temporal curable con el casamiento". Ambroce Bierce. El diccionario del Diablo/Pag. 22.

Lima/Tokio/Lima...

Theremyn_4.

Fernando Morote y el dadaísmo en el Perú.....

Yo, en aquel tiempo, era muy snob para darme cuenta. Después uno se entera de la inmensidad de su estupidez, aunque ya ceñudo, con desvergonzante barriga de obispo, con el corazón embarrado de grasa, y con las canas que pintan la sesuda cabellera. Digo esto porque en un panfletillo del año 94 (donde solía escribir algunas que otras berrinchadas) fui muy duro con el poeta Fernando Morote, y más duro aún con el también Poeta Eduardo Rada. Iba envalentonado y dispuesto al silletazo en prime face. Habiéndome encandilado con espeluznantes manifiestos de R. Huelsenbeck, saltado de jolgorio con las declaraciones de Hugo Ball, y tratado de imitar el disparate travieso de Tristan Tzara, Morote pues, dadaísta en versión peruana, me parecía chauchilla (cuando quizás el chauchilla era yo). Hace unos días y después de 13 años, volví a leer su ya envejecido poemario al que tituló “Poesía metal-mecánica” (Ediciones Los sobreviviente/1994), y vaya, qué será pues, la vejez y el cojudete romanticismo de los 35 años. Los poemas me parecieron muy buenos, me gustaron, sin parangón en los noventas, época tan infecta de malos poetas y grupúsculos bohemios convertidos hoy en una inmensa bola de mediocres. Si no me creen, lean esta pepa del hoy desaparecido poeta Fernando Morote, helo aquí:

Poema a la Bandera

¡¡flamea, mierda!!!



jueves, noviembre 08, 2007

No future....

Supongo que la muerte es esta. Una oscuridad absoluta, una mala pasada que tarde o temprano nos llegará, un cabe, un escupe de Dios, una reverenda patada en el culo, una abofetada en el día menos esperado. La sonrisa se convierte en pena, la vida se nos empequeñece, y a nuestro inmenso corazón le salen callos. Supongo, digo, que el buen Cristian habrá pensado en esto y en mucho más ahora que su padre no está, ahora que los amaneceres no serán lo mismo sin él, ahora que es mejor guardar silencio y pensar que estamos sólo de paso, a pesar de las fábulas, a pesar del tedio, y del humor que siempre nos salvará.

"El Jaguar"..anti-héroe nacional/La ciudad y los perros..

"Héroes" (II)....David Bowie y corto perfomance con Marc Bolan...

"Héroes" (I)


Siempre hemos querido ser "Heroes", es la otredad la que manda en nosotros. Por ejemplo hay momentos -es menester decirlo aquí- en que presumimos de invensibles sin darnos cuenta que no hay nada más invensible que la propia música. El cadaver se va podrir algún día y será (a la larga) sólo el recuerdo vanidoso, la melancolía y el tedio perfecto de un espantapájaros. Pero las cuerdas seguirán dando que hablar por el resto de vida que le quede al planeta. Entonces y sólo entonces habremos comprendido que fuimos apenas viento, como viento fue algún día Marc Bolan (y como viento será David Bowie).

miércoles, noviembre 07, 2007

De acróbatas, payasos, magos...la vida circense en "la pluma" del escritor colombiano Carlos Perozzo....

Frecuentaba cantinas, mancebías, casas de juego, lóbregas callejuelas donde se escondían toda la clase de la casta de los cacos y su secuela de carteristas, atracadores, estafadores, y ladrones de poca monta, buscando a su amigo Robayo. Lechuguín no podía sustraerse al recuerdo del día (la tarde) en que apareció por el circo con su figura de artista hambreado, desconocido y que nadie comprende. Ofrecía el aspecto de un duro, envuelto en su gabardina con el cuello levantado, sombrero ladeado y cigarrillo en la punta de los labios, dispuesto a zanjar sus diferencias con el resto de la humanidad a lo que fuera: puños, arma blanca o de fuego, lo que fuera, puta la vida, que pa’morir nacimos.[1]






[1] Texto de la obra “La O de aserrín”, del escritor colombiano Carlos Perozzo (Cucuta 1939).

La larga agonía de los libros...Chile devuelve los libros que le robó al Perú

Schopenhauer decía que el origen de la guerra es la avidez de robar (Paraliponema P. 527). El día de ayer el Gobierno de Chile hizo entrega de alrededor de tres mil y tantos Libros que durante la ocupación chilena en Lima (en la Guerra del Pacífico) la inculta soldadesca Chilena robó de nuestra Biblioteca Nacional (cuyas instalaciones fueron destruidas y convertidas en inmundo establo y urinario), por ordenes de sus rufianes superiores instalados en Santiago. Libros incunables de inmenso valor para la memoria, la identidad y la historia del Perú, que, como dicen los entendidos, Chile jamás pudo tener. En aquel entonces la Biblioteca del Perú atesoraba la más valiosa colección bibliográfica de Latinoamérica. Se calcula (y hay mucha coincidencia en esto) que el robo fue alrededor de 40 mil libros (no menos de esa cifra, en todo caso) lo que convierte la presente entrega en un buen gesto pero no en una satisfactoria reparación.



Pero estos lesivos actos de pillaje y barbarie de homo sapiens, no terminan nunca. El caso más reciente es lo sucedido con la riquísima Biblioteca de Bagdad, más conocida también como el Palacio de la Sabiduría. Ahí se atesoraban verdaderas joyas bibliográficas de la humanidad como las antiguas traducciones de Aristóteles, amén de papiros y pergaminos que eran viejos testamentos de siglos y siglos de conocimiento. Los cobardes y crueles bombardeos del 14 de Abril del 2003 por parte de las hordas norteamericana contra Irak destruyeron la biblioteca y el fuego arrasó con ella. Luego vinieron los saqueos y el robo inmisericorde que no tuvo otro resultado que la desaparición de un millón de libros. El hecho resulta aún más abominable (y no hace sino pintarnos como desvergonzados animales) si tenemos en cuenta que, una vez tomada Irak los marines sólo se dedicaron a custodiar celosamente el Ministerio de Petróleo , y dejaron la ya destruida Biblioteca a la suerte de saqueadores, rateros y demás rapiñas.

¿Porqué robar y destruir Libros, quemar bibliotecas y archivos?, el tema va más allá de un simple pillaje de guerra y pone al hombre como el más detestable ser que pueda existir. Se trata sin duda de desaparecer la memoria, borrar vestigios de un lazo con el pasado. Lo sucedido hace muchos años con la Biblioteca de Lima, y lo sucedido hace poco con la de Bagdad demuestra lo más vil que puede ser nuestra especie: un excreta en todo el sentido de la palabra. Rafael Argullol en un notable artículo en el País de España lo explica así: “La estrategia se calcula escrupulosamente. Se tiran Bombas para encender las cerillas que han de acabar con lo anterior. Para hacer sucumbir al pasado, arrancarlo de raíz (…)”. En suma, quebrar la moral del país atacado.































martes, noviembre 06, 2007

El invisible Daniel Smisek y el regreso de los bárbaros...

Orbis Tertius
Primero fuimos africanos, pero algo nos hacía caminar hacia el horizonte. Algunos avanzaron al encuentro de los hielos, y se volvieron ateridos. Otros esperamos que fueran los hielos los que se retiraran. Una y otra vez en farallones y cavernas, nos hemos reconocidos como pasajeros de la deriva continental. Después hemos sido aqueos, fenicios, vikingos. Unos establecieron sus ciudades y murieron defendiéndolas. Otros las atacábamos y nos hacíamos griegos en España y rusos en Bizancio: siempre en los confines, siempre asombrosos y vitales bárbaros que volvíamos sobre la civilización para civilizarla. Una y otra vez. Escribimos muchos libros, y construimos inmensas cavernas para decorar con nuestros dioses sus paredes. Durante un breve lapso –mil años o poco más- creímos que nos afincábamos definitivamente, pero muchas veces eso sólo había significado que constituíamos una nueva capital para volver sobre ella como bárbaros, siglos después. Pronto fuimos otra vez guerreros, y con naves y dioses y acero cruzamos otro océano, uno más. Hace quinientos años nosotros, los aqueos, los fenicios, los vikingos, hemos conquistado esta tierra libre de hielos. Ahora desde aquí, somos otra vez bárbaros. Nos sabemos pasajeros a la deriva entre las naciones. Seguimos escribiendo nuestra historia en las paredes de la caverna, pero algo en nuestro pecho clama por el horizonte. Somos ya una tormenta de un millón de años. Y estamos de paso, como los hielos. Nos iremos algún día. ¿Cómo pintaremos las paredes del espacio infinito?[1]

[1] Zapatos hondos. Autor Peruano: Daniel Smisek. Todo indica que es el otro yo, el heterónimo más guardado del escritor Enrique Prochazka. El texto viene en la introducción del libro de relatos “Un único desierto”.

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lunes, noviembre 05, 2007

Enrique Prochazka, la peruanidad y su declaración de principios...


Se suele acusar al señor Prochazka de escribir para sí mismo, o en todo caso, para un grupúsculo de entendidos y marcianos (?). Tal pataleta se echa por tierra con una atenta lectura de su obra y en especial de sus relatos reunidos bajo el título de "Un único desierto", relatillos estos muy arriesgados y de alta calidad cuya deuda con Borges es más que evidente(en la medida en que también se ha influenciado por sturgeon, epicuro, los folcloristas rusos, Schopenhauer, los cínicos, y Homero. Pero también por la astronomía, la física y la geometría). "Un único desierto" debe ser el libro más aborrecido y sin embargo el más buscado en Lima. Será que tanto se ha hablado de él en esta ciudad (antigua sede del Tribunal de la Santa Inquisición y de murmullos de larga data) que un aura de misterio le ha sido gratuitamente concedido. Siendo así la soledad del escritor está más que garantizada en este país.

El señor Prochazka no escribe sobre Lima, su ciudad, ni está en las filas del escritor común y corriente del Perú (hoy dividido graciosamente entre andinos y criollos, como si tal condición fuese relevante para el lector) . Sin embargo es un escritor que más allá de cuestiones meramente geográficas es eminentemente Limeño por no decir Peruano, aún cuando en su narrativa no encuentren a Lima, ni al Perú, como escenarios de desarrollo. Es tan Peruano como lo es Ramón de la Casa de Cartón. Digamos que el señor Prochazka recoge todos los elementos contradictorios de un Limeño con la gran diferencia que, lejos de esconder sus temores y traumas, éste se desnuda y los expone al público lector con elocuencia e inteligencia. Así por ejemplo en la últimas páginas de su libro a cuyo capítulo ha llamado "Testamento" se lee lo que yo le llamo la declaración de principios del extraño señor prochazka, que también podría pasar por un encendido manifiesto contra bufidos ultranacionalistas. Se adelanta así, el señor Prochazka, a los dardos y cañonazos que de uno u otro lado le caerán. Nos dice :


"(..)Lima es un conjunto de ciudades enemigas que se disputan un único desierto: yo pertenezco a la parte occidental de esta reseca polis (...)¿Acaso debo, o puedo siquiera escribir lo que suele llamarse cuentos peruanos?. Sé lo que es un cuento, mas no lo que es un peruano. Porque si con cualquier cara uno es peruano, también cualquier cuento es un cuento peruano. Además yo no sé si soy más peruano que mis cuentos. Me he sentido en casa, es cierto, en un valle de huarochiri, en cumbemayo y en pomabamba, pero también en Sajonia, en Zaragoza, en Magdalena del Mar. (...)He preferido ser humano a ser Limeño, y he escrito sobre mi barrio, que se extiende por algunos parques, montañas y desiertos que conozco".



Por lo demás, brillante.