sábado, junio 16, 2007

LA INAGOTABLE VOZ DE BLANCA VARELA...

Sin duda la poesía Peruana aún goza de buena salud a pesar de los gruesos tropiezos (con las excepciones de siempre, claro está) que ha tenido en los años ochentas y noventas donde todo era imitación o en su defecto nada respetable a comparación de generaciones anteriores. La poeta Blanca Varela es el baluarte viviente que aún atesora la Poesía Peruana y como no, la Latinoamericana. Aunque no lo necesite, los últimos premios otorgados a la Poeta no hacen sino confirmar su calidad y su importante influencia para las letras castellanas. Alejada de todo evento farsesco y de todo lío de comadres en que se ha convertido la Literatura Peruana (casi como anexo de los vomitables programas de Laura Bozzo) la Poeta aún traza líneas conmovedoras y a pesar de su delicado estado de salúd vive incólume para la poesía.
"Morir cada día un poco más
recortarse las uñas
el pelo
los deseos
aprender a pensar en lo pequeño
y en lo inmenso
en las estrellas más lejanas
e inmoviles
en el cielo
manchado como un animal que huye
en el cielo
espantado por mí" (De: "Concierto Animal" Ediciones Peisa/1999).

jueves, junio 14, 2007

DOUGLAS COUPLAND y LA PATÉTICA GENERACIÓN "X"

Douglas Coupland se enseñorea en su triunfo (al que llama patético) y dicta apenas meditaciones mínimas que no llegan a convertirse en lecciones de vida (no es su fin literario, para esos negocios están los farsantes de Coelho y Chopra). Lo suyo transita por los oficios de un acertado observador cuya soledad de eremita bien podría acercarlo a algún personaje enajenado de Hermann Hesse o lo que es peor (para desdicha de él) a la imagen perfecta del atrabiliario y perdido joven Werther (Goethe). Todo lo reprochable en el señor D. Coupland radica en haber popularizado y mostrado la radiografía del que quizás sea la generación más imbecil de la humanidad a la que le colgó el san benito de “Generación X” (incluso aquí en Lima, ciudad tan presta al plagio, circulaba un tabloide con ese título). Decir imbecil no es un despropósito muy por el contrario es un acerto pues habiendo adquirido esta generación una connotación sociológica sus integrantes (nacidos entre 1965-1977) eran gentes sin ideales, pasivos aceptadores de lo establecido, drogotas zombies, apáticos depresivos, y adictos consumidores de prozac y MTV, es decir una mamarrachería humana y un hacinamiento de badulaques.