miércoles, diciembre 26, 2007

Electroträsh: era de la destrucción


De Douglas Coupland aprendí que los recuerdos más importantes de nuestras vidas vienen de los primeros treinta años. Después, los putos recuerdos se escapan como el agua que se desborda de una copa ya colmada. Además aprendí que cuando uno es joven siempre anda como un animal depredador, esperando siempre el fin del mundo. Sin embargo, posteriormente, uno va haciéndose mayor y va envejeciendo, y el mundo sigue ahí frente a nuestras narices: vivito y coleando. El mundo, más desafiante que nunca, en su misma dirección teologal: vida y muerte. Entonces uno, como Coupland, empieza a reconsiderar la idea del Apocalipsis.

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