lunes, octubre 01, 2007

"Yo en realidad soy un poeta Peruano nacido en México.." Mario Santiago Papasquiaro..

Roberto Bolaño lo inmortalizó en los Detectives Salvajes como Ulises Lima y creo que ni el propio Bolaño y mucho menos el mismo Mario Santiago imaginaron el impacto que tiempo después (y ya muerto ambos) tal novela produciría en la Literatura Contemporanea, a tal punto de encaramarlos como clásicos. En el caso de Bolaño eso es innegable, y en el caso de Mario Santiago el tema se vuelve más confuso, porque siendo un mito, una leyenda, y un referente obligado en la historia de la Poesía Mexicana, tiene tan sólo un poemario o quizás dos publicados: "Aullido de Cisne" y "Beso Eterno" (inubicables), y miles de poemas regados en revistas artesanales del DF. Esperemos que el Fondo de Cultura Económica de México nos regale para esta navidad su tan cacareada Antología Poética. Sin embargo como para calentar motores posteo aquí una entrevista que la sección cultural del Diario Mexicano "El Financiero" le hiciera a Mario Santiago en 1995. Disfrútenla.


"El Financiero, sección cultural. 29 de marzo de 1995
Óscar Enrique Ornelas
No nació en la calle La Guerrillera de la Colonia Aurora, ni en la Ché Guevara de la Benito Juárez. Asegura haber visto la primera luz "en una clínica que ya no existe en la cerrada de Rafael Guillén en Mixcoac". A Mario Santiago Papasquiaro (México, 1953) le tiene sin cuidado que esa cerrada se llame, en realidad, de Guillain. Minucias de la vida. Él es mejor que Bukowski, el verdadero poeta de Mixcoac, y le da la vuelta a cualquiera, empezando por Octavio Paz. "Víctor Roura es una basura (y Musacchio también)". Fundador del infrarrealismo, Santiago Papasquiaro escribió alguna vez los "Consejos de 1 discípulo de Marx a 1 fanático de Heidegger" (dentro del volumen Muchachos desnudos bajo el arcoíris de fuego, de Editorial Extemporáneos). Para Santiago lo verdaderamente importante es la amistad y, a manera de confirmación, es que ahora publica Beso eterno (ediciones Al Este del Paraíso), poemario que se presenta hoy a las 19:30 horas, en la sede de la Confederación de Educadores Americanos (Donceles 76, Centro Histórico). En extraño pandemonio de palabras, Papasquiaro y esta sección se encontraron en algún lugar de Tlatelolco.

–¿Por qué tituló a su libro Beso eterno?
–Revisa el libro y luego me preguntas.
Pero usted lo escribió…
–Se llama Beso eterno en honor a mi hija de dos años, Nadja. Ese poema se lo escribí antes de que naciera. Yo tengo tres hijos… pero, digo, no es una entrevista psiquiátrica… Nadja Clítoris nació años después de que yo había decidido que le iba a poner ese nombre. Es un poema premonitorio. Entonces yo vivía en la Pensil. Fue cuando empecé a trabajar en el Financiero. Ahí conocí a Marco (Lara Klahr), a (Víctor) Roura, al Mike… Luego me botaron de ese periódico donde tú trabajas.
–¿Por qué se tardó tanto en publicar otra vez?
–Yo tengo 41 años. Mi primer recital público fue en 1973, cuando tenía 19 años. Yo escribo desde niño, pero la primera vez que me presenté públicamente fue después de la muerte de mi abuela. Entré en marzo de 1971 al taller de poesía de la Universidad (Nacional Autónoma de México) que coordinaba Juan Bañuelos en el décimo piso de la rectoría, y en diciembre de ese año, no sé porqué, me invitó Óscar Oliva (que estaba entonces como director de literatura en Bellas Artes) a participar en el centenario de Manuel Acuña en el vestíbulo de Bellas Artes. Fue mi primer recital público… Yo siempre he vivido fuera del mundo y no entendía por qué me invitaban a dar un recital en Bellas Artes y además me pagaban 300 pesos, que para mí se me hacía absurdo. Yo no entendía que a alguien le pagaran por leer un poema. Y, además, fue mi primer poema por encargo. Me dijo Óscar Oliva: Tienes quince días ¿lo puedes hacer? Y a mí sólo me bailaba la onda de los 300 pesos y le dije que a huevo, y escribí un poema como de 60 cuartillas. Fue mi primer poema de largo aliento. Mi primer recital personal fue en el Museo de San Carlos el 3 de mayo de 1974. Yo no nací ayer. Y en 1975 fundé el movimiento infrarrealista mexicano. Desde entonces me empezaron a quemar, porque me he enfrentado con Pacheco, con Monsiváis, a todos los conozco. Nadie me quiere dar trabajo. Hace cuatro años que no tengo ingresos personales. Sergio Mondragón me ha negado trabajo porque soy infrarrealista. Dicen que yo saboteo recitales. Dicen que los infrarrealistas golpeamos a la gente. Y los imbéciles alegan que yo no sé escribir. Puta madre. Yo soy l'ecrivain. Pero eso no importa. Mejor te leo unos textos…
Qué significa infrarrealista.
–Uh, no, loco, mejor entérate
Usted es el fundador…
–Yo y mis amigos. Lo que pasa es que fui líder estudiantil, fundé el comité de lucha en la prepa 1, en San Ildefonso. Te conozco toda la historia de la guerrilla y la guerra sucia… Fui marxista-leninista… Tuve oportunidad de conocer a mis 19 años a José revueltas y a Efraín Huerta en sus respectivas casas. Yo soy hijo de ellos. Por eso mi seudónimo de Santiago Papasquiaro, el pueblo de Durango donde nacieron los hermanos Revueltas…Hay dos camadas fundamentales para mí, la de los Revueltas y la de los Flores Magón. Yo también tengo una formación anarquista, Un maestro me puso en la secundaria a hacer investigación sobre los Flores Magón y me gustó. Creo que son las familias más preclaras que han existido en México. Pero todo eso vale para pura chingada…
Otra vez, ¿quiere hablar de sus textos?...
–No, pues, pregunta, pregunta… Haz tu trabajo…
Desde anoche me llamó la atención ese poema a Jelipe, ¿quién fue Felipe?
–A Felipe Rojas lo mataron hace siete años. Lo metieron en una granja de alcohólicos en Puebla. Felipe es el mejor actor que yo haya conocido en mi vida. Y jamás lo ví en escenarios ni nada. Felipe es uno de mis muertos, porque yo tengo muchos muertos, a algunos le he escrito…
"En los 23 años que tengo de escribir sin parar porque a eso me dedico (soportando todas las ondas) he publicado a ojo de buen cubero, como unos setentaitantos poemas, desperdigados en diferentes lados… Yo viví en Barcelona, en París, en Viena, y he publicado en Argentina, en España, en Estados Unidos, en París di recitales. Pero con Beso eterno es la primera vez que yo decido el orden de los poemas. Muchas veces han publicado sin mi permiso. Yo nunca he cobrado por publicar, porque por eso no se cobra… Aquí por ejemplo tienes una antología que hicimos Roberto y yo en 1975 y que tiene un prólogo de Efraín Huerta donde me nombra "Mario en el camino de Santiago"… Si alguien sabe de Efraín Huerta soy yo…
–Contra ellos no ha escrito poemas como los que le hizo a Octavio Paz, a Elenita Poniatowska o a Monsiváis y que nadie le quiere publicar, ¿o sí?
–No, no, el poema de Efraín Huerta es de amor. Es su biografía. Si otro día nos vemos te lo enseño. Lo publiqué en el Financiero. Es un poema de amor. De lo que yo conozco de su vida porque él me la dijo. Es uno de mis poemas más chingones. ¿Por qué no lo he publicado en libro? Porque no he tenido chance ¿por qué estos diez poemas de Beso eterno y no otros, si yo tengo montañas de poemas? Pues porque así se dieron las cosas. Yo respeté la idea que me propuso Marco Lara. Él es mi cuate y cada vez más. ¡Y la vamos a hacer chillar! Yo sé respetar una estructura. Y si lees con cuidado el poemario te darás cuenta que se integra de puros homenajes. Son apariciones de seres…
"Tengo otro libro más grande (Aullido de cisne) que lo tengo comprometido con el CONACULTA. Pero yo creo que me lo va a rechazar, porque estoy en la lista negra. Aunque también lo mejor es publicar estos libros por abajo…"
–Volviendo a sus homenajes en el poemario, "¿Bailamos / madre?" está dedicado a "la memoria nutricia de Miles Davis", ¿qué maná le aportó el trompetista?
–Conocí a Miles Davis en París con mi amigo Elías Durán, un poeta del movimiento Hora Zero en Perú, que es otra de mis fuentes. Yo en realidad soy un poeta peruano nacido en México. Hora Zero de Perú es el movimiento poético más radical de América Latina en este siglo; y nosotros fundamos el movimiento infrarrealista (chavos de menos de 20 años) precisamente cuando conocimos a estos cuates… En París yo vivía en la miseria. Cuando regresé a México pesaba 40 kilos. Pero no estaba débil, porque yo siempre he caminado mucho, allá y en esta puta y maldita ciudad… Y Elías Durán era el cuate con el que yo robaba casets en los Fnacs, unos almacenes muy grandes que hay en París. Éramos una pareja de poca madre. Nos entendíamos con la mirada. Nunca nos agarraron, pero, ¿la pregunta que me hacías?
–Miles Davis
–Por Elías Durán. En el cuartito donde vivía escuché por primera vez a Miles Davis. No sé cuál disco sea ni la chingada. Es la memoria nutricia. Fue por los robos y todo eso. Si no, no vives, te vas a chingar a tu madre.
–¿Usted es el poeta, como le llamó el pintor Rodolfo Zanabria?
–Eso de Zanabria… Pero no, no te voy a contar la vida de Rodolfo porque ahorita estoy escribiendo la introducción a su catálogo. Va a presentar una exposición en el (museo) Carrillo Gil… ese patín de Le poète me lo regaló él. Un día que estaba en Nueva York me mandó una postal que tenía los rascacielos y en el sobre, afuera, en lugar de poner "señor" y a la chingada, puso eso de el poeta, en francés, porque es muy afrancesado. Mi respuesta está en ese poema… pero, ¿a poco no le salió chida la edición (del poemario) al Marco Lara? Me cae de madre que yo no creía que él se pudiera volver editor, y sobre todo editor de poesía underground. Porque eso somos nosotros…
–Sus amigos, su hija… la rebelde punk, el amor de su vida, ¿quién ocupa tan destacado lugar?
–Mi mujer, Rebeca. Nos conocimos el 29 de agosto de 1987 en un recital que hice en la cafetería de Bellas Artes. Muchos de mis amigos han muerto porque no hubo nadie que les tirara un lazo. He tenido la suerte de que algunas mujeres tuvieron fe en mí. Si no, yo también ya me hubiera ido de aquí
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