martes, agosto 14, 2007

Nikolái Gogol y el Cine Indio...

Introito: Llegué al cine Alcázar con la única finalidad de ver “el país de los saxos” un documental interesante de la periodista peruana Sonia Goldemberg que trata sobre la incorporación del saxo (tan usado en el Jazz , el Blues y el Rockanroll) en el Huayno instrumental que se toca en la sierra central del Perú (el Valle del Mantaro) produciendo en las fiestas pueblerinas de los andes la misma seducción que pueden producir en los sonidos de un Jazz tocado en la imponente Nueva York. Lástima que no pude llegar a tiempo y la sala estaba abarrotada de pura gentuza. A regañadientas entré a la siguiente función que proyectaba una película de producción india y norteamericana llamada “The Namesake” o algo así como “El buen Hombre”. Y vaya que el saldo fue favorable y gratificador.

Fuegos fatuos y el desencuentro de dos mundos: “The Namesake” es una película del desarraigo, de la emigración en busca de un mejor futuro (sin las consabidas lacrimosas con que hemos conocido al cine Hindú), de la resistencia por conservar viejos valores culturales y viejas costumbres milenarias (de raíces bengalíes) que la metropolis (Nueva York) trata de aplastarlas, y de cómo la globalización y el pensamiento occidental van convirtiendo las sanas (y hasta ridículas para nuestra visión) costumbres indias en un hibrido de emociones encontradas. Un matrimonio indio que llega a Nueva York y que conserva sus costumbres indias, y unos hijos que nacen y crecen en la gran urbe (del país de las posibilidades donde todo es posible: desde el consumo de Marihuana en el Bachillerato, el debut sexual a temprana edad, hasta el éxito profesional) va emergiendo en ellos el choque de dos culturas radicalmente opuestas y con la que tienen que lastimosamente lidiar. El hijo varón del matrimonio indio a quien el padre al nacer le puso por nombre Gogol
[1] (en celebración del escritor ruso, dada una extraña y sentida relación que tenía el padre con los libros del escritor) es norteamericano y no indio, y obviamente una hamburguesa Mac Donalds es más importante que una comida típica de la india, la cofradía de la Universidad de Yale más importante de cualquier otra cofradía de su comunidad y los rascacielos de Manhattan más importantes que el hermoso Taj Majal. Cuando el vacío llega y el abismo está a unos pasos de los pies del exitoso arquitecto gogol (la muerte de su padre, la soledad de la madre, la nada alienante de su enamorada gringa y rica, su celebrado y posterior fracaso matrimonial con una hermosa india profesora de Literatura francesa a quien también la ciudad y sus libertades la han seducido) sólo la antigua sabiduría del país de sus abuelos y la de sus padres (sabiduría que siempre estuvo ahí) pueden amainar el descalabro personal, entonces la vigencia de un viejo consejo hindú se impone como antes: “tomar lo nuevo, sin olvidar lo antiguo”, es decir la raíz de donde venimos. Sólo así la sonrisa vuelve a dibujarse en el rostro de gogol.


[1] Nikolái Gogol, escritor ruso, autor entre otras de esa fenomenal novela intitulada “almas muertas”. La mención en la película no es mera casualidad si tenemos en cuenta que Gogol siempre fue un errante que vivió casi la mayor parte de su vida alejado de su patria.

1 Comentarios:

Blogger blaiddgwyn dijo...

Buenas, me han puesto esta peli en el bus y nadie la ha querido ver. Sin embargo me ha gustado mucho.

Solo decir que el titulo de la peli es "El Buen Nombre". Pero bueno, acertado analisis.

1:52 a.m.  

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